Resumen: Con motivo del Año Greco, celebrando el 400 aniversario de la muerte del pintor, queremos hacer un pequeño homenaje en este post mostrando las obras del pintor que se encuentran en el Reino Unido.
Summary: To celebrate the Year Greco, celebrating the 400th anniversary of the painter’s death, I want to do a tribute in this post showing the painter’s works found in the UK.
El 2014 es una año para recordar y tener presente en el mundo del arte ya que se conmemora el 400 aniversario de la muerte del gran pintor Doménikos Theotokópoulos, más conocido por todos por El Greco. Considerado como un pintor que revolucionó la pintura bajo influencia bizantina y la escuela veneciana, tuvo una personalidad muy especial y una producción artística bastante amplia. Una gran parte de su producción se encuentra en España aunque otras muchas obras se encuentran repartidas por museos de todo el mundo. Concretamente en Inglaterra se encuentra una representación de su obra en algunos de los museos públicos y privados y por ello vamos a hacer un repaso a estas obras que se pueden ver.
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DOMÉNIKOS THEOTOKÓPOULOS “EL GRECO” (1541-1614)
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Autorretrato (Museo Metropolitano de Nueva York) 1595-1600
El Greco nació en 1541 en la isla de Creta. Desde joven, aunque de familia de comerciantes, aprendió la pintura en su entorno a la edad de 20 años ya era un pintor codiciado realizando obras al estilo postbizantino. En 1567 se trasladó a Venecia de donde mejoró el uso del color y la composición gracias a la escuela veneciana protagonizada por Tiziano, Tintoretto o Veronés.
En 1570 se trasladó a Roma, en donde empezó a tener contactos con la élite de la ciudad. También entró en la Academia de San Lucas como miniaturista y llegó a fundar su propio taller de pintura. En Roma se influyó, como era normal para un pintor de su momento, de la obra de Miguel Ángel y Rafael. También vivió el ambiente de la nueva doctrina contrarreformista de la Iglesia Católica, algo que influirá a la hora de ejecutar los temas religiosos en España principalmente.
En 1576 se encuentra en España, primero en Madrid y luego en la ciudad de Toledo en donde establecerá su residencia. Aquí es donde realizará la gran mayoría de sus obras para mecenas del mundo eclesiástico pero no de gran influencia, aunque la buscó ya que su gran objetivo, como todo pintor, era obtener el favor de la Iglesia y de la Corona. Aunque recibió algún encargo aislado no fue lo deseado para el pintor, no por ello quedó en segundo plano, ya que la maestría del Greco junto con la temática contrarreformista obtener un gran número de encargos hasta su fallecimiento.
Falleció el 7 de abril de 1614 y fue enterrado en una capilla de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, la cual habían acordado previamente con las monjas del convento. Parece que en 1619, los restos fueron trasladados a la iglesia de San Torcuato la cual fue destruida en el siglo XIX, aunque recientes investigaciones apuntan a que sus restos aún se mantienen en el iglesia de Santo Domingo.
OBRAS EN THE NATIONAL GALLERY (LONDRES)
En la National Gallery de Londres se conservan dos obras autentificadas como de El Greco, una de posible atribución, otra como obra de su estudio y una última que es posterior al Greco.
* Cristo expulsando a los mercaderes del Templo (hacia 1600)
El Greco se basó en el pasaje del Evangelio de San Juan, 22 (13-17) para realizar esta obra. El Greco realizó 5 pinturas con esta misma temática, la conservada en la Galería Nacional de Arte de Washington (1568), el Instituto de Arte de Mineápolis (1571), la presente de la National Gallery (1600), otra de la Colección Frick de Nueva York (1600) y por último la conservada en la iglesia de San Ginés de Madrid (1610).
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Cristo expulsando a los mercaderes del Templo (The National Gallery, Londres). Hacia 1600
En esta versión, se trata de un lienzo en formato horizontal en donde Jesucristo adquiere una gran importancia al ubicarlo en el centro de la composición, aislado, enfatizado por los efectos de luz y el color. Los mercaderes también adquieren un protagonismo en cuanto a los escorzos y las poses manieristas los cuales se ubican a la izquierda, frente a las figuras de los apóstoles a la derecha que marcan una cierta tranquilidad. Como viene siendo típico en El Greco, la gama de amarillos, verdes, azules y verdes están presentes. A diferencia de las otras versiones conservadas, aquí (junto a la conservada en San Ginés) las figuras adquieren una mayor estilización, sobre todo la figura de Cristo. El fondo sigue siendo arquitectónico, a la manera clásica, pero pasa a tener un efecto más secundario que las obras anteriores. Los relieves representados a los lados del arco son los temas de La expulsión del Paraíso y el Sacrificio de Isaac, ambos prefiguración de lo acontecido en el tema principal.
* La Adoración del nombre de Jesús (finales de la década de 1570)
También llamado como La Liga Santa o bien El Sueño de Felipe II o La Gloria. Parece que este fue uno de los primeros encargos que recibió El Greco de Felipe II. El cuadro original se encuentra en el Monasterio de El Escorial (Madrid) y esta pequeña obra no parece ponerse de acuerdo si se trata de un boceto del pintor antes de componer la gran obra o bien es una copia que hizo a posteriori para tenerla en su estudio (práctica habitual de El Greco).
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La Adoración del Nombre de Jesús (The National Gallery, Londres). Finales de la década de 1570
El cuadro representa un momento histórico en la vida de Felipe II y es que tras la victoria de la batalla naval de Lepanto (1571), formado por la Liga Santa de los países de España, Venecia, Nápoles y Roma, se frenó el avance de los turcos por el Mediterráneo y todo ello se pensó que fue por gracia divina. Por ello, esta obra representa este momento.
El pequeño cuadro está dividido en dos espacios, el terrenal y el celestial. El terrenal, a su vez está dividido también en dos. A la derecha la figura central es Felipe II arrodillado, acompañado de los representantes de la iglesia de cada una de las ciudades y un grupo de personas, todas ellas llevando las miradas al cielo y rezando hacia el grupo de ángeles que rodean el anagrama del nombre de Jesucristo (IHS). A la izquierda, la boca de Leviatán se abre para acoger a los vencidos y a los muertos, pero también es una alegoría del infierno o del Apocalipsis que contrasta notablemente con la imagen del Paraíso Celestial. Una obra en donde se alterna el hecho histórico y el dogma cristiano.
* San Jerónimo como cardenal (1590-1600)
La imagen de San Jerónimo fue un tema muy recurrido por el Greco. San Jerónimo es uno de los Padres de la Iglesia Latinos al traducir la Biblia del griego y el hebreo al latín.
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San Jerónimo como cardenal (The National Gallery, Londres) 1590-1600
Esta es la iconografía que representa esta obra, un San Jerónimo vestido de cardenal como Padre de la Iglesia Latina, el cual se encuentra leyendo la Vulgata (o Biblia Latina). Es un momento en que interrumpe su lectura para observarnos ya que deja el dedo señalado en la frase o párrafo del libro. Según el catálogo de la National Gallery, se trata de una obra de atribución. Existe una obra original en el Museo Metropolitano de Nueva York de 1609.
GALLERÍA NACIONAL DE ESCOCIA (EDIMBURGO)
* Una Alegoría (Fábula) (1580-85)
Este cuadro llamado “Una Alegoría” conserva el título que Jorge Manuel, el hijo del Greco, anotó en el inventario de obras personales que recibió de su padre. Existen 2 versiones del mismo, la conservada en el Museo del Prado (ha. 1580) y en la Harewook Collection en Leeds.
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Una alegoría (Museo Nacional de Escocial, Edimburgo) Ha. 1580-85
La iconografía proviene del tema del “soplón”, cuadro que El Greco también realizó en su etapa romana, en 1571-72, y cuya obra se conserva en el Museo de Capodimonte (Nápoles). El Greco, al rodearse en Roma con los círculos intelectuales en los que se hablaba de los antiguos, es posible que tomara como referencia una anécdota que Plinio el Viejo recoge en su Historia Natural, el cual al describir al pintor Antifilo dice que “se le alababa por su pintura de un muchacho que sopla un fuego, y por el reflejo que el fuego arroja sobre el aposento, que es en sí hermoso, y sobre el rostro del muchacho”. En este afán de imitar a los antiguos, e incluso superarlos, es la idea de crear esta temática.
Pero en el presente cuadro es más curioso si cabe. En el centro se ubica el muchacho en el momento se soplar el tizón, acompañado de un mono a la derecha y un hombre que se ríe de la escena que se está produciendo. Es un poco controvertido entender el significado de la escena y Cossio lo relacionó con el proverbio «El hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo [el mono] y sopla». Lo que llama la atención, sin duda, es el efecto lumínico de la escena. Como si una obra caravaggesca se tratara, la luz nace de la pequeña mecha e ilumina a los personajes que se encuentran completamente en penumbra.
* San Jerónimo en penitencia (ha. 1595-1600)
Otra de las formas en que El Greco representó a San Jerónimo era en la actitud de penitente, una iconografía que se extendió en la Europa contrarreformista. Aparece centrado, con el torso desnudo, en medio de un paisaje en donde tan sólo se destaca una roca y el cielo, haciendo alusión a su vida eremita en el desierto. Está cubierto la parte inferior con una túnica púrpura que junto con el capelo cardenalicio colgado le recuerda su condición de cardenal. La piedra agarrada en su mano y golpeándola en su pecho junto con el crucifico en su mano derecha enfatiza aún más la iconografía de penitente.
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San Jerónimo en penitencia (National Gallery of Scotland, Edimburgo) Ha. 1595-1600
En el ángulo inferior izquierdo, algunos elementos ayudan a completar aún más su iconografía. Los libros, la pluma y el tintero con otra pluma le recuerda como el hombre que tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín, la primera Biblia latina. El reloj de arena y la calavera son simbolismo del tránsito de la vida.
* Cristo bendiciendo o El Salvador (ha. 1600)
Esta obra posiblemente pudo pertenecer a una serie iconográfica de El Salvador y los 12 apóstoles, tal como se puede ver en la serie conservada en la Casa-Museo de El Greco (Toledo). La manera de representar al Salvador recuerda la tradición que el Greco tenía en sus primeros años al trabajar en iconos de tradición bizantina.
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El Salvador (National Gallery of Scotland, Edimburgo) Ha. 1600
Cristo, con la túnica roja y el manto azul, aparece representado de medio cuerpo, bendiciendo con la mano derecha a la manera bizantina y la mano izquierda apoyada en un esfera que es la representación del mundo. Con un fondo neutro oscuro, la luz se acentúa con el nimbo en forma de rombo que rodea su cabeza. Las pinceladas son más sueltas y rápidas.
THE BOWES MUSEUM (DURHAM)
* San Pedro en lágrimas (1580-89)
La iconografía de San Pedro en lágrimas muestra el momento el que San Pedro, tras el canto del gallo, ha negado tres veces a Cristo y dándose cuenta de su pecado “saliendo afuera, lloró amargamente”, dice el Evangelio de San Mateo (26, 75). Es la iconografía que representa la Penitencia, y será muy recurrida en la Contrarreforma, al igual que la Magdalena Penitente.
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Las lágrimas de San Pedro (Bowes Museum, Durham) ha. 1580-89
En la obra, pintura de su primera etapa toledana, muestra a un San Pedro con los ojos elevados al cielo y la maestría de reflejar los ojos con lágrimas. Sus brazos quedan al descubierto mientras cruza con energía sus manos en actitud de rezar, unos brazos cuyo estilo pictórico recuerda a las obras venecianas. El paisaje de fondo es simple, una roca y cueva tras él, y un pequeño paisaje a la derecha en donde se aprecia el tema de la resurrección de Jesucristo y la Magdalena Penitente. De esta manera conecta ambas iconografías además de conectar en composición con el cuadro de la Magdalena Penitente conservado en el Museo de Bellas Artes de Budapest.
UPTON HOUSE (WILTSHIRE)
* El Expolio (1577-78)
La pequeña pintura de conservada en este museo de Inglaterra es una de las tantas copias que existen sobre el tema del Expolio, obra original que se expone en la sacristía de la Catedral de Toledo y pintada hacia 1577 y 1579. Tiene una gran peculiaridad, y es que de todas ellas, es la única que se la considera como una obra preparatoria para el gran cuadro de la sacristía.
![EL ESPOLIO or THE DISROBING OF CHRIST by El Greco at Upton House, Warwickshire]()
El Expolio (Upton House, Wiltshire) 1577-78
El tema a representar es el momento preciso antes de la Crucifixión, cuando Cristo es despojado de sus vestiduras. La manera de representarlo es muy manierista, y la influencia de la escuela veneciana y la pintura italiana se ve reflejado en el uso del color, el tratamiento de los cuerpos y la composición. Con respecto al color, el boceto de Upton House resulta aún más colorido y vivo que la obra original de la Catedral de Toledo.
Cristo aparece en el centro, destacado por la túnica roja, llevando la mirada al cielo en actitud de oración y a la vez de dolor reflejado en los ojos brillantes y llorosos. Tras el, un tumulto de personas le rodean como si de una mandorla se tratara, con unas tonalidades de color más oscuras para contrastar con la figura de Cristo. Llama la atención el caballero con armadura coetánea a la época junto a Cristo, el cual nos mira y nos hace partícipes de la escena. En primer término, a la derecha, aparecen las tres Marías, una presencia controvertida que el Greco tuvo en el pleito litigado con el Cabildo, ya que éstos consideraban que ellas no estaban en la escena representada. Por último, destacar a la figura agachada del primer término a la izquierda, un escorzo manierista que conecta con otras pinturas como El martirio de San Sebastián (Antonio y Piero del Pollaiolo, 1441-1475), el grabado de La Flagelación (de la serie de la Gran Pasión de Durero, 1496-97) o La Pesca Milagrosa (cartón para tapiz de Rafael Sanzio, 1515), o el por poner algunos ejemplos.
GLASGOW MUSEUM (GLASGOW)
* Dama de armiño (1580)
Esta obra que fue donada en 1966 por un particular a la ciudad de Glasgow como obra de El Greco. Aunque se ha considerado así, siempre se ha tenido una gran duda sobre su autoría que se ha potenciado más en la actualidad ya que el investigador Antonio García, recientemente la ha considerado como una obra del siglo XIX. Lamentablemente, el museo de Glasgow no ha querido acceder a realizar pruebas de la pintura, preservando así la supuesto autoría que le da renombre al museo.
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La dama de armiño (Glasgow Museum)
La cuestión es que tampoco hay un acierto en la identificación de la retratada, ya que si bien la consideran un retrato de doña Jerónima de las Cuevas (con quien tuvo una relacción y nació Juan Manuel) o bien que fuera la Duquesa de Béjar o, si se considerara la pintura del siglo XIX, la idealización del retrato que protagoniza la leyenda de La judía de Toledo. Sea como fuera, se trata de un retrato delicado y muy elaborado en donde la retratada destaca ante un fondo oscuro y neutro y en donde lo que llama la atención es la textura de la piel de armiño y la mirada de la retratada.
BIBLIOGRAFÍA
Por David Gutiérrez