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UNA PINTURA COPIA DE MURILLO EN LA CAPILLA DEL AVE MARÍA (MADRID) / A copy painting by Murillo at the Hall Ave Maria Chapel (Madrid)

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Resumen: La pintura de Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos es una de las pinturas más importantes del pintor barroco español Bartolomé Esteban Murillo. La obra original fue sustraída por los franceses y devuelta a España en el siglo XIX. Depositada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) surgieron diversas copias en lienzo y en grabado, algunas de ellas conservadas en la actualidad. Una de estas copias se conserva en la capilla del Comedor del Ave María (Madrid), único vestigio del antiguo Convento de la Trinidad fundado en el siglo XVI por el rey Felipe II.

Summary: The painting of ‘St. Elizabeth of Hungary’ in her hospital is one of the most important paintings of the Spanish baroque painter Bartolomé Esteban Murillo. The original work was stolen by the French and returned to Spain in the nineteenth century. It was deposited in the Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) and after that it emerged several copies on canvas and engraving, some preserved today. One of these copies is preserved in the Hall of Ave Maria Chapel (Madrid), the only vestige of the former Convent of the Trinity founded in the sixteenth century by King Philipe II.

Capilla Ave Maria pintura

Copia de Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos, obra de Murillo, en la capilla del Ave María (Madrid) (Imagen: Mercedes Gómez)

MADRID, EL CONVENTO DE LA TRINIDAD Y SU COMEDOR DEL AVE MARÍA

En Madrid, al poco tiempo de que Felipe II hubiera trasladado la capitalidad en 1561, se empezaron a fundar algunos conventos de religiosos y religiosas. Uno de ellos, el Convento de la Trinidad, fue fundado en 1562 por el mismo rey y otorgándolo a los trinitarios calzados. Fue uno de los mejores conventos construidos en el Madrid del siglo XVI, siendo su arquitecto Gaspar Ordoñez, y estuvo formado por una iglesia en planta de cruz latina, un claustro y diversas estancias a su alrededor. El convento fue desamortizado en 1836 siendo una de sus principales funciones el acoger las obras de arte de la futura colección que después se formará en el Museo del Prado. Finalmente, el edificio fue destruido en 1897.

Convento Trinidad

Convento de la Trinidad según el Plano de Teixeira en 1656

Dentro de este convento, San Simón de Rojas, monje que ingresó en el convento en el año 1601, fundó en el año 1611 la Real Congregación de Esclavos del Dulce nombre del Ave María, cuyo objetivo principal era dar un servicio a los pobres de Madrid y otorgarles de ayuda y alimento a partir de la creación de un comedor. Este es el origen del famoso comedor del Ave María y la capilla barroca que aún se conserva en la calle Doctor Cortezo, Nº4.

Esta joya madrileña, que pasa desapercibida por muchos madrileños, visitantes y turistas, es el único vestigio que se conserva del antiguo convento de la Trinidad. La capilla que hoy conocemos fue construida en 1725 y reformada posteriormente en 1909 por el arquitecto Mariano Belmás Estrada. Aún conserva en su fachada la vieja portada en piedra adintelada y con decoración de “orejeras” con el óculo en el centro. Interiormente, y subiendo unas escaleras, se accede a la capilla la cual conserva unos paneles de azulejos antiguos así como algunas pinturas y esculturas importantes. Pero una de las pinturas más destacadas que posee en sus paredes es un pequeño cuadro de gran calidad que resulta ser una copia de la obra de Murillo titulada Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos, obra pintada en 1672.

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA CURANDO A LOS TIÑOSOS DE MURILLO

La pintura original de Bartolomé Esteban Murillo se encuentra en la iglesia de San Jorge, en el Hospital de la Caridad de Sevilla. Este emplazamiento fue el original cuando el hermano mayor de la Cofradía de la Caridad de Sevilla, don Miguel Mañara, la encargó a Murillo terminándose la obra en diciembre de 1672. Allí permaneció hasta que en 1810, en plena Guerra de la Independencia, los franceses la sustraen junto con otros lienzos y se llevan a Francia pero en 1815 se devuelve a España quedándose en la Real Academia de BB.AA. de San Fernando y luego trasladada al Museo del Prado hasta que finalmente, en 1939, se decide trasladarla nuevamente a Sevilla. En 2009, y tras una profunda restauración del cuadro, la obra queda colgada en su emplazamiento original.

El tema que representa es a Santa Isabel de Hungría haciendo el trabajo de cuidar y curar a enfermos y leprosos en el hospital que fundó en 1227 una vez que falleció su esposo. Quedándose viuda a la edad de 20 años es dedicó en cuerpo y alma a este hospital que atendía personalmente hasta que murió a la edad de 24 años. Su ejemplo de vida y dedicación a los pobres hizo que el Papa Gregorio IX la canonizara en 1235 y que su culto se extendiera por toda Europa.

Murillo. Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos.

Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos. Bartolomé Esteban Murillo (1672). Capilla de la Caridad de Sevilla (Imagen: Biblioteca San José de la Rinconada)

Santa Isabel, vestida con hábito y corona para ensalzar su condición de reina, aparece en el centro del cuadro lavando la cabeza a un niño pobre. Aparece acompañada por sus damas que visten ricos vestidos así como portan enseres lujosos como la jarra de metal. Les rodean por la parte inferior una serie de pobres en diversas posiciones, uno de ellos con comunicación visual con Santa Isabel o el pobre que se rasca la cabeza en comunicación directa con el espectador. Toda la escena principal se desarrolla en un interior contrastando así las figuras con el fondo y teniendo como elemento efectista y teatral la gran cortina roja que se deja ver en lo alto del cuadro. Al fondo y a la derecha, se deja ver un fondo escenográfico y arquitectónico en donde bajo un pórtico renacentista a la manera italiana aparece una escena secundaria con Santa Isabel y de nuevo sus doncellas sirviendo y ofreciendo comida a los pobres.

Murillo muestra de manera muy realista la situación que estaba atravesando Sevilla en el siglo XVII, y las consecuencias de una población que sufrió la gran epidemia de peste en 1649. Una realidad que sólo Murillo supo reflejar a través de sus numerosas obras de mendigos, pobres o personas de clase baja en donde la suciedad, el desgaste de los pies descalzos, la enfermedad y las miradas alicaídas pero esperanzadas es lo que prima en este tipo de obras. En consecuencia, el mensaje de la Caridad y el ejemplo de realizar buenas obras según ordenaba el Concilio de Trento es el exponente máximo en el lenguaje entre la obra de arte y el fiel que la admira.

LAS COPIAS DEL CUADRO

Las primeras copias del cuadro se llevaron a cabo por el pintor Joaquín Cortés en 1810, en un momento en que la pintura fue trasladada al Alcázar de Sevilla y se recibió la orden del rey Carlos IV de realizar estas copias que después se trasladaron al Real Museo de Madrid ya que el proyecto de disponer las copias en el lugar de los originales nunca se llevó a cabo.

Posteriormente, con motivo de la vuelta del cuadro original de Murillo a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, tras haber estado unos años en el Museo del Louvre y haber sido desgraciadamente alterada y mal restaurada, suscitó un interés que tuvo como consecuencia la ejecución de nuevas copias y grabados de la obra. Entre 1815 y 1901 este cuadro de Murillo estuvo en la Real Academia y entre 1901 y 1939 en el Museo del Prado hasta que se entregó a Sevilla en el año 1939.

Litografía sXIX

Litografía de Florentino Decraene (1826) (Fuente: BNE INVENT/30220)

Gracias a la dirección del pintor José de Madrazo quien, con la intención de ensalzar las colecciones de pintura del Rey y ubicadas en el Museo del Prado, decidió promover la llamada Colección litográfica de los cuadros del rey de España. Toda una serie de grabados litográficos creados entre 1826 y 1837. Entre las 206 estampas, se seleccionó la obra de Murillo que en esos momentos se hallaba en la Real Academia de Bellas Artes pero que por su importancia se consideró una obra clave del pintor. De estas estampas se realizaron numerosas copias que fueron difundidas entre coleccionistas, particulares y curiosos ya no solo en el ámbito nacional sino también internacional.

También del periodo en que la obra estuvo en la Real Academia de Bellas Artes, existe una copia fiel, a tamaño real del original que fue realizada por el pintor catalán Eduardo Carrió en 1874 según consta en el dorso de la obra en donde se escribe “copiado del cuadro original de B. E. Murillo cuyo original existe en la Academia de Bellas Artes de Madrid. Eduardo Carrió, 1874”. Esta pintura pertenece a la Real Academia de Bellas Artes de la Caridad de Sevilla y se encuentra en la Casa de los Pinelo (Sevilla).

Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos (2)

Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos. Copia de Murillo por Eduardo Carrió. Real Academia de BB.AA. de Sevilla (Fuente: www.sevilladailyphoto.blogspot.es.com)

En el año 2006, la casa de subastas Arcadja, subastó una copia del cuadro fechado en el siglo XIX, cuyas dimensiones de la copia era de reducidas dimensiones con respecto al original. Una copia que se asemeja bastante en cuanto a tamaño y calidad a la existente en la capilla del comedor del Ave María.

LA COPIA DE LA CAPILLA DEL AVE MARÍA

Como comenté al principio, la Capilla del Ave María es una construcción del siglo XVIII reformada a principios del siglo XX pero que aún conserva la esencia y el espíritu que fue desde su fundación. En su interior, siendo una capilla de una nave única cubierta por bóveda con lunetos y decorada con yeserías, alberga algunas obras de arte y retablos de importancias amén de parte de los azulejos que decoraban sus paredes.

Capilla Ave Maria pintura

Copia de Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos, obra de Murillo, en la capilla del Ave María (Madrid) (Imagen: Mercedes Gómez)

En el acceso, y en la pared de la derecha, se conserva esta pintura que dista bastante del tamaño de la pintura original, en donde se aprecia una copia fiel del cuadro de Santa Isabel de Hungría curando a los tuñidos de Murillo. Está enmarcada en marco de madera decorado con motivos florales y la pintura conserva su estructura de arco de medio punto gracias a la estructura pintada en oro que lo enmarca. No aparece firmada en el lienzo y desconocemos si lo está en el verso del lienzo o si existe documentación que diga cuándo se realizó esta copia o si fue alguna donación. Lo que sí puede ser claro, y dado los precedentes de copias que se hicieron sobre el mismo, es que se pueda tratar de una copia del siglo XIX quizás directamente tomada de la obra original en el momento en que ésta se encontraba en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Sea como fuere, la cuestión es que aquí se conservar y se suma a la diversas copias que se hicieron sobre esta fantástica obra de Murillo que hoy se puede contemplar en su emplazamiento original.

Por David Gutiérrez

BIBLIOGRAFÍA



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